jueves, 6 de agosto de 2009

El demonio que hay en mi

Hoy me he vuelto a sumergir en este mi maravilloso mundo cuadrado, miro pasar la gente por delante e ignorarme como si yo fuera invisible, acelerar su paso cual máquinas inconscientes que forjan su destino hacia el final, o su paso se vuelve tan lento con un ritmo casi hipnótico, que me siento enloquecer en un caudal de sensaciones que no puedo describir...

Sumergido en el silencio, que apenas se perturba por el eco bullicioso de algunos gritos que no alcanzan a flagelar la inocencia de mi soledad...

Es sublime, y me pregunto... ¿Estoy muerto?, ¿Estoy dormido?... y al final me convenzo que es lo mismo, y es así de simple, soy egoístamente feliz, y aunque no lo fuera, ya no hay vuelta al pasado, las palabras lanzadas cual puñales, ya desgarran tu corazón, tu sangre se confunde con la mía, que derramada se divide y se evapora hacia el cielo, mientras la mayor parte se seca en el piso y se filtra al infierno, y alguna vez anhele ser el demonio de tus cuentos, aquel ente tan malvado que ha pesar de haber robado tu felicidad, se jacta de vivir en tu memoria y tiene el honor de que le dediques las líneas de tu diario…

Y nuevamente te miro desde lo mas profundo de mi mundo y comprendo que es hermoso estar muerto, o es maravilloso vivir sabiendo que camino hacia un final al que ya no temo nunca mas, y si ¡soy feliz! Porque a pesar que prometí que siempre estaría a tu lado, este es un viaje al que no te puedo invitar…

1 comentario:

  1. Un viaje que inevitablente haremos solos. Me he sentido identificada con este texto, a veces he sentido algo similar. Muy hermoso.

    Te dejo un beso.

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