lunes, 24 de agosto de 2009

Tú Lienzo...

Quien lo iba a decir, nuevamente nos volvemos a encontrar, mis ojos besan apasionadamente tus labios, mis labios recorren hasta el último rincón de tu cuerpo, abro los ojos, frente a mi aún permanece el lienzo puro que me rehusé a manchar, sigue tan claro, tan hermoso, tan frágil, una sutil pincelada delinea tus labios, no los roza, como si temiera romper el nácar virginal del que se encuentran hechos, no te inmutas, no te opones, te dejas llevar, sin embargo tu mirada refleja un lienzo manchado y abandonado por los falsos artistas que estamparon sus garras en violentos actos de mezquindad, allí quedó un lienzo ultrajado por mil pinceles que no midieron su fuerza al posarse sobre él, la pintura se corroe como lágrimas y no queda ni huella del amor o del placer que intentaron dibujar, cierro lo ojos, e intento mirarte otra vez, sigues siendo el lienzo hecho de nubes juguetonas que no me atrevo a ensuciar, no veo manchas, no veo pintura, no comprendo porque en lo profundo de tus ojos, ese lienzo es corroído por el olvido en una esquina como si no tuviese ya ninguna utilidad.

Estiro mis manos en un intento fugaz de levantarlo, no lo consigo, no me atrevo, lo deseo desde lo mas profundo de mi alma y regresa a mi mente el primer encuentro, cuando me pediste que pintara el amor entre tus sábanas, que grabara nuestros nombres como aquellos jóvenes que asesinan la piel de un viejo árbol para plasmar un trofeo a la ilusión, igual que hoy rechacé la invitación, y sentado en una esquina de tu cama me dedique a hacer el amor en aquel lienzo, aunque el amor siempre fue relativo para los dos, el mío es eterno, el tuyo un ojalá…

Y siempre pensando en por qué no me atreví…

Autor: Adod

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